Dormir sola
Después de tantos días sin escribir, acabé escribiendo contigo. No puedo usar el
verbo en otro tiempo ni armar la frase de otra forma; no puedo decir ‘escribirte a ti’ o ‘escribir
por ti’ porque aquí estás, sin importar los inútiles esfuerzos que he hecho
para que te vayas. Compartimos eso, ¿sabes? Tan obstinado, tan caprichoso, tan
insistente siempre… tal como yo. Y ahora dime, de verdad, así, como los amigos que
somos, ¿por qué no te has ido?, ¿por qué tengo que respirarte en cada rincón y
verte detrás de mis párpados cada noche? Tu aroma impregna cada uno de mis días
y todo el juego del olvido se ha hecho tan pero tan esquivo que por momentos,
pero léelo bien, solo por momentos tengo que escribir contigo a ver si juntos
logramos salir de aquí, a ver si tenerte tan incrustado en la mitad del alma me
ayuda de alguna forma a entenderte y entenderme, a entendernos mejor y saber
por qué es tan difícil renunciar y soltar como lo hace la gente normal, como lo
haría cualquiera. Pero sabes, te lo cuento en secreto porque me avergüenza que
lo escuchen los demás, lo que pasa es que la gente normal me tiene lástima y me
ve como un adicto en rehabilitación, ¿no te ha pasado? Que sientes sus miradas
comprensivas y sus palabras de aliento esperando que la repuesta sea ‘ya estoy
bien’, ‘ya no duele’. Me pasa todo el tiempo, así que opté por adelantarme y
ser yo quien lo afirme con convicción y sin titubeos en la voz: ‘estoy bien’. Bueno,
a decir verdad, en el fondo la repuesta sería ‘estamos bien’. Sí, los dos
estamos bien porque estamos juntos, es triste que no lo sepas pero así es,
estás aquí como un fantasma que no descansa en paz y no me deja descansar a mí.
Pero se me acabó el coraje, se acabó el petróleo de la lámpara que iluminaba
ese rayito terco de esperanza, quiero apagar la luz y dormir una sola noche sin
ti. No quiero que me rodees con tus brazos hoy, no quiero sentir tu respiración
en mi cuello y tus manos enlazadas con las mías a media noche, quiero dormir
sola y en paz; sino quieres quedarte… ¿por qué no te vas? Déjame a mí con mis
preguntas y mi escabrosa visión de un futuro donde no existes, donde quizás
nunca exististe y yo construí edificios enteros sobre arena movediza y promesas
que aunque escuché nadie me cree, palabras que dijiste y que han ido perdiendo
color con el paso de los días y con las miradas lastimeras de las personas que
aunque esperan lo mejor para mí, no han podido entender que en mi cabeza y en
el fondo de mis anhelos lo mejor para mi eras tú, sigues siendo tú y serás para
siempre tú, pero no te quiero más aquí, quiero saltar sola y caer de pie como
los gatos, dormir, soñar, descansar y por la mañana levantarme sabiendo que
escribo por ti, escribo para ti, pero contigo… jamás. Nunca más.
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