Sé cómo hacerlo.
Déjame idealizarte, sé cómo hacerlo. Imaginarte así, tan despreocupado y noble, tan inteligente y sereno. No necesito mucho en realidad: un par de roces, una mirada, dos silencios y tu sonrisa iluminando ese espacio en el estoy como niña en dulcería divagando con tus palabras y tu voz. Déjame soñarte, sé cómo hacerlo. Son sueños largos y tranquilos, pero al despertar me encuentro con la frustración de tu ausencia y un millar de animalitos alados reventándome el vientre sin ningún consuelo ni el encanto efímero de la proximidad, o al menos de la probabilidad. Déjame acecharte, sé cómo hacerlo. No lo tomes a mal, no es tan grave como suena. Solo dos o tres instantes, un guiño en cada esquina, coquetearte a la medida y descifrarte sin querer, investigar sobre tu vida, esculcar en tus rincones, conocer tus emociones y evitar las despedidas. Déjame escribirte, sé cómo hacerlo. Es mi único recurso, el mejor de mis intentos. Mi campaña contra el tiempo, mi manera de acercarm...