Sinsentido No. 4
Buenas tardes D’artagnan. Te saludo porque hoy no he tenido la oportunidad de hacerlo. Ayer tampoco la tuve, pero sí acabé enfrascada en una discusión estéril con alguien muy cercano por tu causa. No es la primera vez que pasa y seguramente no será la última, especialmente mientras se resuelve el asunto aquel del capricho con el que nadie (ni siquiera yo) está de acuerdo. Es curioso que sobre nuestra historia (o mejor, sobre la historia que yo he construido en mi mente para los dos) las opiniones no estén divididas como suele pasar, no, en este caso todas se ponen del lado de la razón, la conciencia y el deber ser hasta un punto casi cruel. No estoy muy segura de quién debo ser ahora. He sido buena hija, buena hermana, buena amiga, buena persona hasta donde alcanzo, pero esta situación me está poniendo en una balanza que se inclina hacia un lado que no me gusta. En el fondo sé lo que es correcto, pero no es suficiente, no me basta con eso. De cualquier modo D’artagnan, tú tienes l...