Inquietud
Si sigo analizando tus poemas y tus manos, voy a acabar desvaneciéndome entre el deseo y el hastío. Si sigo revisando cada curva de tu cuerpo, cada botón de tu camisa, cada mechón de tu pelo… Si sigo deseando que me mires con dulzura, me enfrentaré a la locura, me venceré ante el silencio. Si tus muecas y tus gestos me producen desvaríos; si te miro y si me río, si te atrapan mis lamentos. Y si sucumbes en mi fuego, tan mortal y tan humano; si te compro con un beso… ¿y si te tomo de la mano?