Hoy me dio por hacer memoria…
MÚSICA: Jason Mraz ~ Beautiful Mess
Yo sé que no es bueno, nunca lo es, pero a veces es necesario. Lo único que no quería hoy es que me doliera el corazón, pero así está, me duele... si es que es posible que duela. Este es un momento extraño, un punto muerto, es como si estuviera entrando en una especie de etapa de “equilibrio” y bueno, los cambios siempre tienen algún tipo de impacto, bueno o malo, siempre es un impacto.
Ahora debo decir que me siento un poco culpable por haberme puesto a revisar esas conversaciones antiguas, pero el paralelo fue bueno, incluso interesante... como cuando vi la película de Benjamín Botón, fue como si nos encontráramos en la mitad. No fue fácil, a pesar de que ha pasado todo un año. La vida cambia, las cosas cambian, el mundo cambia... la gente cambia. Y a veces no solo cambian sino que duelen, abandonan, sufren y hacer sufrir, la gente te juega malas pasadas y a veces simplemente está ahí para generar una felicidad etérea, intangible, que sabes que está, que existe, pero no puedes tocar ni vivir, aunque no sepas por qué. Aunque a veces están también para generar esas emociones genuinas, esas que hacen que tu corazón brinque y te pases una semana entera mordiéndote los labios ante la posibilidad... ¡Ah! La posibilidad... maldita, enfermiza y adictiva; tan irresistible hasta para quien no cree en ella.
El hacer memoria a veces es sano y a veces no, porque a pesar de que uno no viva de los recuerdos, a veces esos nos muestran muchas cosas, o bien que nos han visto la cara de idiotas, o que nos hemos portado mal en esta vida. Pero mal con ganas. En este punto intermedio, en el que la irrevocable verdad ha venido a golpearme con su guante de indiferencia y la utopía de mis sentimientos me permite divagar y olvidarme a veces de que la posibilidad es sólo un sueño, ahora que sé que lo que siempre quise siempre lo he tenido pero jamás ha sido para mí, y que lo que tuve jamás fue mío porque yo quería cubrirlo con mis mantos de ingenuidad, ahora que el amor me miente y se disfraza y tengo tantas ganas de odiarlo por hacerme vulnerable, me siento vacía y sola... pero convencida de que el hoy siempre es mejor que ayer pero no tan bueno como será mañana. Será viernes, estaré de Jean y tenis seguramente, me sentiré tan libre como quiero y buscaré la forma de encontrarme con eso que tanto anhelo... el límite de mis miedos, la luz... la redención.
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