¿Qué más da?
Cuánto tiempo ha pasado, unos ¿qué? ¿Seis meses, casi? Si bien no me morí en el intento, hoy me ha vuelto un pequeñísimo y poco substancial sentimiento de ira que no había tenido hace días. El pretender que es fácil hacer de cuenta que nada pasó, pues pasa a ser poco funcional en cuanto te topas con "sorpresitas" de este tamaño.
De verdad, no tengo que repetirlo tanto, estoy bien y estaré bien; sin embargo, eso no me da derecho a mentir diciendo que la noticia no me cayó como un balde de agua helada. Es algo extraño, ¿saben? es como si de un momento a otro te dieras cuenta de que viviste dentro de una especie de cuento, donde el príncipe era sólo un actor y tú estuviste ahí porque tenías que estarlo pero ahora parece que nada te perteneció. No es fácil, pensé que lo sería, pero en realidad... no tanto, no es fácil ver a alguien interpretando el mismo papel en otras circunstancias, diciendo las palabras que antes eran para ti, haciendo los comentarios que antes iban dirigidos a ti, se referían a ti, y ahora, ¿son de alguien más o nunca fueron de nadie?, ¿son felices ahora?, ¿hasta dónde fue fantasía y hasta dónde fue realidad?
Para ser honesta, ni siquiera me siento tan triste como debería. Incluso, no siento ganas de armar una gran tragedia ni de cortarme las venas. Simplemente siento... vacío, un poco de rabia quizás, pero más que nada, vacío ¬¬. Yo sé, casi entiendo cómo todo este asunto se puede convertir en un desastre si dejo que me tome ventaja, pero es que verla fue un golpe al ego. Creo que no tengo nada en su contra, no debo, no tengo por qué, pero aunque no quiera, la pregunta típica y más ruin de todas me invade ahora que la vi, si, a ella, a mi fantasma personal, a mi enemigo sin rostro, a mi verdugo letal, inocente de hecho, me pregunto ahora ¿qué hizo para quedarse con algo que una vez consideré mío? ¿Cómo es? ¿A qué dedica su vida (además de bailar, por lo que vi)? ¿Tuvo que ver o no en su decisión?
Qué pereza de verdad hacerse las mismas preguntas que me hacía en abril, pero al menos ahora esas preguntas tienen más sentido cuando has visto las dos caras de la moneda. No tengo miedo tampoco, ya ¿qué más da? Ya pasó, fue bonito y toda la cosa, incluso fui feliz y creo que él también. Mi rabia no es por eso, no es odio contra él o contra ella, no es dolor porque estén juntos, no los culpo por gustarse (¿antes o después de mi?... ¡¡¡Nadie lo sabe!!!), el hecho es que me duele la falta de honestidad de alguien por quien me hubiera jugado la vida, si yo ponía mis manos al fuego por él, ¿qué le costaba decírmelo, si igual iba a doler? Dolió más que no fueran sus propias palabras las que me lanzaran al abismo, las que me rompieran el corazón, así que no tiene perdón. No hay derecho a engañar a alguien que confiaba en ti ciegamente y en quien se supone que confiabas, que llegaste a llamar "amiga", alguien a quien llegaste a decirle directo a los ojos... que la amabas.
PD. Ahora bien, los osos pandas pagaron inocentemente... pobre de mi mascota, el Sr. Manchas u.u.
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